—¿Puedo ayudarle en algo, profesor?
—No, Katya, pero gracias.
Tesh disimuló como pudo el bostezo. Después de seis horas de
viaje en avión, incluyendo las esperas y recogida de maletas, no había nada que
le apeteciera menos que echar una mano en las clases del profesor Johannes
Krauser, el mata-alumnos. Su fama iba
precedida por la cantidad de estudiantes que desaparecían de su aula según
avanzaba el curso, y para esas alturas del semestre apenas llegaban a los
treinta.
La ayudante del departamento, Katya, se contoneaba a
su alrededor mientras buscaba unas carpetas que debía archivar urgentemente. Tesh
intuyó que se trataba de otra táctica femenina para estar cerca de él. Básicamente,
porque en el departamento de filología nada era urgente, y porque
estaba convencido de que esa falda era demasiado ajustada para considerarse cómoda. Todavía recordaba sus inconsolables lágrimas cuando le dijo que debía marcharse por
unos meses a Moscú. Al final fueron dos años, pero mereció la pena. Estaba cerca de algo muy grande que, por supuesto, no podía
compartir con nadie. Excepto con el Kral. Y su maestro, evidentemente. “Después escribiré el informe. Ahora toca
sufrir”.
Se frotó los ojos con fuerza, el horario diurno iba a acabar
con él si no se adaptaba rápidamente, y solo había una forma de suavizar el
proceso.
—Katya.
—¿Sí? —preguntó, solícita.
El escote de su blusa dejaba al descubierto la tierna piel
de sus senos. Pero lo que necesitaba estaba un poco más arriba. Sintió la presión
en las encías cuando se incorporó y aprisionó a su ayudante contra uno de los
grandes archivadores de metal.
—Puede que haya una manera de ayudarme…
Derechos reservados por la autora, Enara L. de la Peña / Fotografía Laura Makabresku
Derechos reservados por la autora, Enara L. de la Peña / Fotografía Laura Makabresku
Preciosa manera de explicar la necesidad de saborear la sangre. Pobre Katya, no sabía que su jefe era un... Excelente, maravillosa como siempre!
ResponderEliminarGracias! Pero no sé si "pobre" sería la mejor manera de describir a la sabrosa Katya.
ResponderEliminarme encanta Enara, sólo tres entradas y ya estoy enganchada, mala jajajaja
ResponderEliminarAsí me gusta Ana, espero que te siga enganchando ;)
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